Foto propia. Puntarenas.Casa de porncipios del siglo XX
Cuando te vi partir
Te fuiste tan pronto,tanto corriste al llegar
que derramaste todito tu perfume por mí.
Tan estrepitosamente me abrazaste,
mientras en silencio no hicimos más,
que mirar a mis labios que deseas,
y yo a los tuyos, que me robaban el aire.
Tan estrepitosamente iluminaste cada rincón,
y yo solo pude verte entrar
y bañar cada semilla del balcón con tu risa,
para que florezcan rosales
en donde solo encontraste ceniza y cal.
Así era la fe que bañó mi alivio,
con solo mirarte
mirarte descender por cada resquicio,
y ahora... que yo te habría abrazado, acariciado,
besado con sabor a frutos,
con el dulce amargo del vino...
y ahora que nuestro tiempo debía atemperarse,
tus manos se encojen de tanto llorarles encima...
y ahora que iban a cantarnos las golondrinas,
cierras el balcón, y empacas las ocarinas,
que no alcanzamos a tocar compartidas...
La casa brilla tanto ahora,
la luz está tan clara ahora,
la cama tan plácidamente prístina,
entonces te vas:
con la piel hecha una nota sola
que no quiere quedarse eterna en una melodía,
para que florezcan rosales
en donde solo encontraste ceniza y cal.
Así era la fe que bañó mi alivio,
con solo mirarte
mirarte descender por cada resquicio,
y ahora... que yo te habría abrazado, acariciado,
besado con sabor a frutos,
con el dulce amargo del vino...
y ahora que nuestro tiempo debía atemperarse,
tus manos se encojen de tanto llorarles encima...
y ahora que iban a cantarnos las golondrinas,
cierras el balcón, y empacas las ocarinas,
que no alcanzamos a tocar compartidas...
La casa brilla tanto ahora,
la luz está tan clara ahora,
la cama tan plácidamente prístina,
entonces te vas:
con la piel hecha una nota sola
que no quiere quedarse eterna en una melodía,
que por ser cantada calmamente,
a tus raudos mares le parece
más bien: una onda intranquila.
Cuando te vi partir, entonces,
ni siquiera podía decir
que te fuiste de mí.
a tus raudos mares le parece
más bien: una onda intranquila.
Cuando te vi partir, entonces,
ni siquiera podía decir
que te fuiste de mí.
Te fuiste apenas como algo ajeno,
tibio y libre,
que en el centro de mi casa ardía
para poder partir.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario