A veces la muerte viene de visita...
se vale sentirla,
con susto, pero sin miedo.
Tumbas vacías
Ayer tu tumba salió a mi encuentro de repente:
iba yo por la avenida, caminaba como cualquier día
y me saltó ahí en el último garaje donde te subiste al sedán negro,
y de repente recordé el viaje que nunca hicimos,
y tu lápida con tu nombre asomó
tras el boleto aéreo que no compramos nunca
para el viaje que estaba en la lista de los pendientes...
Mientras caminaba a casa ayer,
miré tu tumba sin querer de nuevo
cuando después del trabajo, para calmarme
fui por un té
al café donde lloraste conmigo,
a donde celebraste conmigo tantas veces
a donde no podremos jamás,
qué pobres y mendigos somos
los mortales delante de lo infinito.
Salí de la cafetería, y caminé más rapido
y pasé incauta la mirada
por el último bulevar, por la acera,
en donde nunca jamás
volverá a existir tu paso, tu peso, o tu aroma
caminando al lado mío, ni de nadie...
ni la sustancia cristalizada en tu mirada
barriendo mi figura ingenua,
cuando se me salía la sonrisa,
de ver que llegabas.
¡Ayer tus tumbas salieron por todas partes,
a mirarme!
mientras por mi piel iban escalofriantes y ardorosos quejidos que armaban procesiones
de tristeza por aquel camino hacia mi casa,
eran los recuerdos tuyos,
caminando a trechos sobre mí,
y a trechos al lado mío.
Sentía bien puesta la quijada mientras caminaba,
y muy firmes mis pies, pero vos:
cada día más desperdigada por lo etéreo,
en un recuerdo cada vez más descarnado,
como si fueras abrazar el final de un suspiso.
Cuando llegué a casa, finalmente abrí la puerta, y entré, y estaba la ducha,
la bata de descansar, la lectura pospuesta.
Entré a casa y estaba la música apagada esperándome, estaban mis ojos secos,
la procesión de memorias se extinguióde golpe,
debía preparar el trabajo de mañana,
y una fila de lugares futuros...
a donde tus tumbas no saben llegar.
Bebí un té nuevo, respiré un aire nuevo,
descansé mi cuerpo cansado, en el sillón
Suspiré y viví ese, ese mi tiempo a solas...
mientras pensaba que ya otros verán mis tumbas,
que y yo me iré sin saber cuándo habrá sido
el día de mi propio entierro.
Segunda Edición, 18 de octubre de 2024, edité por segunda vez el texto. Se muestra el texto editado, para la segunda edición del poemario.
Poemario
Pasatiempo cotidianos, 2019
Elena Tomillo A.

