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viernes, 9 de agosto de 2024

Sin frío (poema de resiliencia)

 

A veces a los duros maestros los detestamos, sin entender que somos libres de irnos de sus feroces mandos.

Foto propia. Contraportada de Dos novelas nórdicas.


Sin frío

El frío es quizá la menos feliz de las causas,

las más olvidada, como pasa a menudo 

con los nombres importantes.


Sin frío no se habría inventado el fuego...

Sin frío no se habría encontrado cómo hacer ropas...

Sin frío no se habría ideado cómo levantar casas...

Sin frío no se juntarían quizá algunos amantes.


Quizá algún día se aprenda masivamente a perdonar al frío,

y al hambre, y al miedo y a la oscuridad 

que han sido tantas veces los auténticos dioses

de las lámparas del saber de la raza humana.


Elena Tomillo A. 

Poemario: Me conocés un poco, 2018.






martes, 23 de julio de 2024

¿Y se murió Gisele! Un reencuentro en muerte

🐪 

Muchas personas que recordamos con algún cariño, son completos desconocidos: la señora que nos trataba bien en la cafetería de la esquina cuando trabajamos en algún edificio del centro, o el portero amable que siempre nos recibió con una sonrisa en aquel otro trabajo. 

Resultan tan poco conocidos, que nos vamos de los trabajos y nos vamos sin despedirnos. Pero un día nos enteramos que aquel buen amigo ha muerto, y nos ponemos tristes y dudosos como niños que han perdido la flor que creían llevaban segura en el bolsillo, y no se iba a morir nunca.


                        ¿ Y se murió Gisele!                                                

Se murió Gisele 

como se mueren las hojas de los campos:

sin obras fúnebres, sin saber si quiera 

¡que ya se habían envejecido tanto!

 

¿Y se murió Gisele!

sin sus zapatos preferidos,

sin llevarse besos de nadie.

 

Gisele se murió un día quizá,

mientras yo planchaba cualquier gabardina

se fue así: sin necesitarme.

 

¡Se fue Gisele, como se va el día!

con la naturalidad

de los eventos que nos exilian.

 

Se fue sin importar el cómo,

ni deletrear el cuándo,

se supo de repente: ¡Gisele,

 ya no existía!

 

Gisele, ahora sería eterna;

ya no rehuiría de la vida, 

ni se parecería nunca más 

a un silencio desesperado

que se escurre por un río de melancolía.

 

Ahora Gisele pasará desapercibida

en sus lugares comunes, 

ahora llegará el contento de algún niño,

sin mala intención, 

a instalarse, en la misma calle, 

donde en una tarde cualquiera,

Gisele moría.


Poemario: Pasatiempos cotidianos, 2019

Elena Tomillo A.

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