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sábado, 3 de agosto de 2024

Hojarasca con “h” de hija. (Palabras de una hija a una madre)

Amorosas palabras de una hija el día que nace, 

para su joven madre.

Foto propia. Libreta y padmouse: un obsequio de Panamá 


Hojarasca con “h” de hija

para Maristela y Sofi
                  para Eliza

De aquí en adelante:

seremos una hojarasca vos y yo
yo en tu vida y vos en la mía:
¡sorpresivamente juntas!

De aquí en adelante: 
estaremos sorpresivamente juntas;
con más preguntas, que respuestas.

Vine a tu cuerpo,
como vos al mío: de repente,
sin tiempo para conocernos,
pero mi nombre era tuyo, antes de verte.

Daremos luchas en la misma trinchera, 
algunos días, y aprenderemos a ser 

amorosamente contrarias, 

durante otros;  

en la carrera del Vos y el Yo; 
aprenderemos irremediablemente 
a hacer amplios, los campos del Nosotras.

No podrás irte de mí: porque me habitas; 
tus luchas de juventud las ganadas y las en camino;
son la ruta que me guardaste…

 
No podré irme de ti, porque te habité por largos días; 
mis medallas se prenden de la tela que hiciste para mí, 
sin que yo lo supiera;
pero nunca me recordarás, tus trabajos al tejerla, 
porque a veces de los costos, 
a cambio de las alegrías: ni te acuerdas.

No podré irme de tus manos,
oiré tus mismas palabras 
salir de mi boca un día...
me sorprenderé de sabernos así: ¡tan juntas!

Cada una tan de cada una,
pero el Nosotras:
un patio secreto para jugar descalzas.

El tiempo habrá de separarnos:
¿Serán las trincheras mías,
mientras aprendes a entender?
¿Serán las trincheras tuyas, cuando yo 
no quiera acompañarte?
¿Será cada una con luchas por aparte?

Nos separaremos muchas veces...
entre nosotras habrá 
hombres, como habrá mujeres,
correrá agua salada con
irá indómita bajo el puente de los días
con ojos de relojes abiertos, 
hasta que el final absoluto llegue:


Mi último adiós caerá suspirando, sobre tus manos ya idas.

Mis preguntas caminarán sin respuesta, por tus manos quietas.


Ese día me quedará tu nombre y el mío, 

un día con una única respuesta. No te preocupes:

Lo sabré entender mamá, lo sé:

nunca nos separaremos

porque Nuestra hojarasca: es eterna.


Poemario

Poemas Cotidianos, 2019


martes, 30 de julio de 2024

Pasatiempos cotidianos (Un día cualquiera viviendo en pareja)



Foto propia. San José, Costa Rica. Plaza de la Cultura.

Pasatiempos cotidianos


Hay días que deseo 

saberte escribir un poema.

Saber cómo doblar cada verso en origami, 

para abandonarlo sigilosamente sobre tu cama, 

pero me atrapas:

sales de la ducha muy rápido,

o te vas a dormir más temprano.

 

Lo cotidiano viene tan breve:

condena al poema 

a que no pueda ser escrito… 


Se cristaliza el poema, 

en un cotorreo inexistente, 

de nieves derritiéndose pronto: 

bajo este bochorno tropical del jueves. 


Un poema afónico se desperdiga por la repisa.


Me resigno,

-Lo sé: el paso del tiempo es contundente, aun es jueves- 

apago las luces,

-De nuevo el poema nunca será escrito-


Pero no me preocupo, 

descanso,

me dejo ganar la partida por el olvido:

ya sabrá mi piel qué hacer, 

mientras reposa en silencio, 

entre el cuerpo tuyo 

y el mío. 


                                     Poemario

Los pasatiempos cotidianos, 2019
Elena Tomillo A.




viernes, 26 de julio de 2024

Cuando lloras (Poema de resiliencia)

 

Un poema de esperanza: No todos los días brillan, pero al final de cualquier guerra lo tierno, lo ético, lo bello, lo justo sigue siéndolo aunque lo empañen envidiosos el egoísmo y la violencia

Foto propia. Jardines Santa Elena, Heredia, Costa Rica

Cuando lloras


Ay cómo me duele,
por toda mi existencia cautelosa
mirar como tu atardecer tornasol,
es abruptamente
obligado a ser una noche taciturna,
sin más estrellas que tus propias
lágrimas cayendo desde el centro
de tu alma sincera.

No sé cómo detener esa degenerada
destrucción de lo bello,
cuando miro como el mundo viene
con su vaivén de ignorancias y celos
a prender, no el fuego que purifica,
sino a dejar el humo negro
que nubla toda la costa abierta
de tu impresionante playa azul,
tu playa azul que  es  una piel vibrante
de tanta vida nueva y límpida.

Si te explicara cuanto me duele verte así,
acabaría llorando contigo y por ti,
y perdería esta última oportunidad
de reparar al mundo,
que en ese instante es ofrecerte un vaso de agua,
esperar que te calmes, 
y recordarte que yo también soy mundo y estoy aquí,
y que las suciedades se limpian con agua,
y que el humo se disipa,
y que la impresionante costa de tu corazón sigue ahí intacta 
debajo del humo negro de lo barato del mundo
y que la belleza tuya es indestructible, 
aunque los malos perdedores 
jueguen sucio al echarle tierra encima.

Poema suelto, 2019
Elena Tomillo A.

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