Foto Adobe Stock. Greek Ionic Order de Takumal
Palabras a un pilar jónico
No queda nada, pero son imborrables;
los pilares jónicos, ya no sostienen al poder:
quedan apenas primorosas bases reventadas,
de un segundo comienzo,
de ajenos esfuerzos humanos.
Un pilar jónico como fuera la juventud,
que en su rigidez se destroza,
y con pedazos sobrevivientes
hasta la madurez,
aprende a ser bambú.
¿y si te quito el apellido "jónico"?, pilar,
quizá nadie adivivaría que habitaste el Asia Menor,
o que sostuviste el templo de Atenas en Niké,
así sin apellido, no te salvan los repositorios,
ni los blogs, ni las bibliotecas.
Y pilar, si te dejo así, sin apellido,
¿serías menos el eco del tiempo?
o jugarías a ser en la voz de unos
un pilar de la diosa Hathor en Egipto,
o en la voz de otros,
por un segundo,
un pilar sacro en un templo gótico,
o sin apellido, alguien oiría "pilar"
y se acordaría del viejo pilar de madera
en una escuela pública del Caribe,
con maestros que aun sean valientes,
o quizá eligieras ser mujer,
una que se llama Pilar y escribe
sobre los pilares en la arquitectura musulmana,
mientras su niño duerme.
No temas pilar,
que tu grandeza nunca será olvidada ya.
Poemario
Poemas Cotidianos, 2019
Elena Tomillo A.
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