A veces la inspiración nos deja, y mágicamente escribimos sobre ese vacío que deja.
Andar sin rimas
No hay rimas cuando el frío ya no es razón de juntarnos.
No hay rimas cuando el sol
ya no es lugar para despegar juntos a conocerlo.
Sin rimas vuelven mis tardes
de gatos agramaticales,
e hipervínculos rotos.
Cuando ando sin rimas,
el silencio se sienta a parir pensamientos filosos.
¡el silencio se viste de escamas tan frías!
entonces, viene y arrolla, y quiebra;
viene y arrolla y quiebra.
Sin rimas
solo queda ser un borrón
de algo tuyo y mío.
Ser un algo abigarrado y chico.
Un algo doliente y resignado.
Un algo errado.
Sin rimas,
me levanto, como y me baño:
voy al trabajo y nos miento a todos,
cuando digo:
¡Claro, con mucho gusto para qué le sirvo!
Poemario:
Pasatiempos cotidianos, 2019
