Foto propia. Guanacaste. Playa Potrero
A solas, sin nadie
Me sueño tus manos ahora,son grandes y firmes,
desperdiciándose
por las herramientas del hastío
que carcomen nuestro tiempo:
del teclado, al mouse,
del teléfono y al escritorio.
Me sueño tus ojos,
encapsulados,
mientras mueren sin opción
entre la pantalla y tus lentes,
y la vida que se pasa
detrás de tu mirada que lee
las verdades más irremediablemente
pasajeras,
en las filas de una hoja de excel.
Me sueño tus labios,
estarán secos, en este calor,
de marzo...
serán temblorosos,
o sabran a fresca menta.
Mis propias planillas de excel
quedan sin ser leídas, mientras
me digo ¿a dónde existes?
cómo existes, con quién...
por cuánto tiempo
será que existirán mis preguntas,
caminando por tu piel ajena.
Repentinamente, solo tengo una respuesta
tus manos, y tu piel:
ya me tocaron el cuerpo por dentro,
sin saberlo,
y tus formas me bañaron el vientre,
en este viernes, que tampoco
me llevará más cerca tuyo,
de lo que me lleva un añejo
pecado de pensamiento,
un pecado de esos,
que hace años había perdido
la voluntad de cometer
pero que tu cuerpo todo,
de un golpe hoy me los ha vuelto.
2020




