Foto propia. Guanacaste. Costa Rica. Playa Cuenca
Con los brazos rotos y sin beso
Vas a venir a verme,
como era el plan:
en lunes y a las 7.
Te voy a esperar quieta,
vas a venir a verme con tus brazos fuertes,
con tu halo caliente brillando
desde el hueco silencioso de tu vientre,
hasta tus oídos sordos: yo esperaré
quietamente.
Así como espero el día: quieta,
sin ir a ningún lugar para encontrarlo,
sin soñarlo para que aparezca,
vas a venir a verme,
como era el plan:
¡en día lunes y a las 7!
Estaré llena de mariposas en la garganta,
y con silbidos por el pelo,
estaré quizá ansiosa de sumergirme
por todas las rayas de tu cuerpo.
De refrescar me, con ello,
de haberte esperado:
tan quieta, tanto tiempo.
Tus manos fuertes vendrán a verme,
mis mariposas saldrán a recibir tu cuerpo,
y mis silbidos irán por entre tus ojos abiertos,
los ojos que traes de ángel muerto.
Traerás tus brazos cansados,
¿quizá fuera por el invierno?
estarán contigo tus manos fuertes,
¿secuestradas de tanto trabajo seco?
vendrás a verme como era el plan:
en lunes y a las 7.
Traerás contigo tus brazos,
mis mariposas huirán:
por sobre tus hombros caídos
de tanto esfuerzo...
enmudecerán mis silbidos,
por entre tus resuellos;
y me diré en silencio
¿qué ocurrió?
¿¡ Pero, cómo te han devuelto!?
con los brazos rotos,
para sostener el alba,
o aún el rocío tibio,
que mana todavía,
de los arroyos de mi cuerpo.

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