jueves, 26 de diciembre de 2024

Esperanza (poema con amor)

 

Foto propia. Tarde de Churros y alegrías.


Esperanzas


Definitivamente mi historia,
con vos, que aun no nace,
se nutre de esperanza.

La eaperanza en la humanidad,
para que podamos apiadarnos mutuamente,
de estos deseos de sonreír sin miedo,
uno frente al otro,
a cualquier hora, y en cualquier día.

La esperanza de que mis manos sean hoguera tibia, para acercarse a las tuyas...

La esperanza de que te quieras acercar
a mis palabras que elijo cuidosamente,
a ciegas de lo que debe ser dicho,
a cambio de lo que se siente para ser hablado.

La esperanza es esta luz
en el camino de la incertidumbre
y este sol en la noche oscura.

jueves, 19 de diciembre de 2024

¡Cuidado con las estaciones!

 

Foto propia Plaza de la Democracia, San José, Costa Rica


¡Cuidado con las estaciones!


¡Cuidado con las estaciones!

Vienen cada cierto tiempo 

a engañar la existencia 

de todas las cosas.


¡Cuidado con las estaciones!

Qué visten al árbol de muerte en invierno,

y de ardiente rayo de sol en verano.


¡Cuidado con las estaciones!

Qué no te engañen haciéndote creer 

que después del frío, siempre, siempre habrá calor...

qué después del sol, siempre, siempre

habrá hibernación.


¡Cuidado con las estaciones que son 4,

para ocultar finamente que solo existen 2!

La estación de estar vivos, y la de estar muertos.


¡Cuidado con las estaciones, 

que no te hagan creer que el frío, el abrigo, y el color son verdaderos 

y no unos meros pasantes de la existencia 

la existencia que se divide en 2 únicos momentos:

estar vivos y estar muertos.

lunes, 16 de diciembre de 2024

Amor de otro tipo

 

Pareja de pericos. Museo Nacional. Costa Rica


Amor de otro tipo


Saber que no me debes nada...
que no te debo nada,
que nadie espera nada de este amor bonito...
y que cuando la pasamos bien
es algo que solamente nos pasa:
como respirar,
como sentir el viento en el rostro,
o ser atropelladas por el estrepito de una emoción 
que va bajando or las laderas de la piel...
quizá que no haya nada nombrado aquí 
es la más honda declaración de amor
entre esta paciencia tuya para oírme,
y esta valentía mía para hablarte.

Siempre fue hermoso caminar sin decirnos lo obvio:
nunca hablarnos de amor, 
sino solo de la suerte de habernos encontrado,
y la locura de ir al reencuentro una y otra vez:
cuando nos llamamos de nuevo, 
cuando necesitamos estar en silencio,
o cuando nos hemos alejado, por un tiempo. 

Sea esa complicidad mía,
buscando expos de fotos que te gusten,
O la tuya recomendándome piezas del teatro 
para ir a ver con alguien, algún día...

¿Sería esa zona tranquila desde donde me miras
y te miro?
¿Sería esta verdad innegable de saber que existimos 
una al lado de la otra, en lo fugaz del instante?
¿O sería esta distancia aparente entre mi cuerpo, y el tuyo?
... sería justo esta soledad necesaria para que respire 
un nuevo tipo de Amor, 
que por no tener nada: se libra de todo mal,
y de todo Señor... y de todo perdón:
un tipo de Amor nuevo que no necesita 
ni del Tiempo,  con las mayúsculas de lo Eterno, 
ni del sexo, con las minúsculas del deseo... 
Un amor tranquilo que vive solo de saber 
que tenemos este aire cómplice:
con el frío del sereno y el olor del abeto.

martes, 10 de diciembre de 2024

Venenos ellas y vos

 

                     Foto propia. Valle de Occidente. Costa Rica

Venenos, ellas y vos

Me das a beber veneno,
cuando me dices:
No.
Loca.
Adicta.
No hay tiempo para hablar.
Si tu quieres.
... porque debo descansar yo.

Me das a beber veneno,
cuando enciendo mi música favorita:
y sueltas lo que estás haciendo... 
y te encaramas en tu posición de juez,
con los brazos cruzados,
moviendo la cabeza de un lado a otro,
y me dices "No, no, no apágalo, eso es una adicción".

Así me salgo del teléfono, y vuelve el silencio,
y pierdo mi reunión de grupo para la universidad,
y debo hacer la compra del súper:
pero sin ver la lista en el teléfono, 
para que no creas que escucho la música... 
pero lo que temes es mi chat... 
esa ventanita al mundo.

Me quitas el teléfono,
para quitármela a ellas...
no lo has entendido nunca:
ellas viven en mi corazón, 
ellas van a venir a buscarme 
ellas estarán conmigo siempre,
por encima de vos:
que nunca quisiste estar conmigo,
solo me querías para ahorrarte el peso 
que te da vivir con vos mismo.


viernes, 6 de diciembre de 2024

Tristeza callada


Foto propia. Barrio Escalante.San José.

 Tristeza callada


Veo el peso de tus manos,
como si fuesen arenas incandescentes,
que chorrean sal de mar,
yendo
del refri, para la mesa.

Tu mirada está tan honda,
con sus verdes, tan azules;
y los azules tan grises,
que miras doquier como quien no tiene ya
a dónde encallar.

Las brújulas tuyas ya no miran al Norte,
pero caminan hacia lo que pueda ser allá,
contra la fuerza de todos los vientos,
que soplan dentro y fuera de altamar.

Los pensamientos tuyos,
se los llevó la brisa,
como soplando fuerte
para no regresar.

Las fuerzas tuyas, las carcomió
el recinto frío,
de las paredes ajenas,
paredes como
las del miserable hospital.

Ahora que estás conmigo eterna,
bella, y serena, me pregunto:
cómo se construyen los puentes,
que nos retornen límpidas
a los campos verdes
del amor y la paz. 

miércoles, 4 de diciembre de 2024

Yo pierdo

 

Foto propia. San José.Costa Rica


Yo pierdo


Ahora se acaban los días:
de verte de lejos, porque
los barcos se van siempre
de las orillas tranquilas...
son las mareas incansables,
de olas gigantes, las eternas.

Se me van cayendo los granos de arena
por el desierto del tiempo yerto
que nos llega.

Te vas: se te va la frescura,
mi amor herido va saliendo de su agonía etérea,
y sangra de veras, y arde de veras,
el dolor no es más la metáfora de lo ido,
el dolor hierve entre los ojos y el llanto.

lunes, 2 de diciembre de 2024

Esta tibieza

Foto propia. Café Orosí. Cartago, Costa Rica

 Esta Tibieza


Tengo tibias las manos de pensar en vos.

Tengo tibios los labios 
por la certeza de que te he querido tanto:
como para sentir tu tibieza:
en el hueco de mis manos,
en la pausa que hago al golpear
este teclado, tan ajeno a mí.

Me reposo en vos, 
cuando estás ausente:
no como reposar en la hierba,
ni en el río,
más bien, como decir en el vino bueno.

Imagino un nido de puertas de par en par,
fuera de esta oficina lánguida,
imagino que el fuego viene a mares,
y el frío deja de parecer implacable 
con solo mirar el reloj de mano y decir:
-Ya son las 6 y cuarto.

La tibieza, en cambio, no se parece al frío:
no quiere ser implacable, 
ni se disipa con un reloj de mano...
la tibieza se arma como una Pirámide en Egipto,
o como un acueducto Inca: con trabajo diario y continuado.


La tibieza ni lee al reloj,
ni espera en las oficinas lánguidas de gobierno.
La tibieza es el tiempo mismo suspendido:
inequívocamente finito,
como un viaje 
donde la muerte del cuerpo, se precipita, 
sin ser nunca el final, 
así resulta esto de vivir esta tibieza.

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