lunes, 12 de agosto de 2024

Declaración abierta



Quiero ser libre

Solo eso libre para,
 y libre de...

Libre para hacer lo que quiera
este cuerpo que late y sueña.

Libre de vos y tu ceguera:
de tu uniforme de capitán 
con alma de capataz.

¡Libre!
Deseo volver a ser libre: sin miramientos,
más que el frío, 
más que el calor y que el hambre
en mi propia piel...
 
Deseo ser mía a solas,
mía y mía solo para mí misma.

Ser libre sin más paredes:
que no me aprese ni el tiempo,
ni el deber ser.

Libre para ser verano en invierno
y hoguera, en el frío.

sábado, 10 de agosto de 2024

Te quiero sin darle vueltas (poema de amor)

Foto propia. Tejido de Antigua Guatemala, 2016 y otros.

Te quiero sin darle vueltas

Te quiero naturalmente, 
como cuando hace calor, y me da sed.

Te quiero cuando te veo,
así como veo la luz con abrir los ojos,
sin pensármelo, no más con la gracia de estar viendo.

Te quiero así cotidianamente,
así como cuando respiro, 
que no me hago preguntas de si deberé respirar ahora, o mejor más tarde...

Así te quiero: plenamente viva,
te quiero así con la plenitud de sentir 
que vos también estás viva, y aquí conmigo.

Así te quiero aun sabiendo 
que nuestros lindos planes
están para ser en un mañana 
que jamás es un libro escrito.

Te quiero con tanta plenitud,
que a mi entendimiento se le acaban 
las preguntas necias, y las dudas: así te quiero,
como es ir viviendo, 
sin temor a las abrazos, ni a los adioses.

Elena Tomillo A. 

Poemario: Me conocés poco, 2018.


viernes, 9 de agosto de 2024

Sin frío (poema de resiliencia)

 

A veces a los duros maestros los detestamos, sin entender que somos libres de irnos de sus feroces mandos.

Foto propia. Contraportada de Dos novelas nórdicas.


Sin frío

El frío es quizá la menos feliz de las causas,

las más olvidada, como pasa a menudo 

con los nombres importantes.


Sin frío no se habría inventado el fuego...

Sin frío no se habría encontrado cómo hacer ropas...

Sin frío no se habría ideado cómo levantar casas...

Sin frío no se juntarían quizá algunos amantes.


Quizá algún día se aprenda masivamente a perdonar al frío,

y al hambre, y al miedo y a la oscuridad 

que han sido tantas veces los auténticos dioses

de las lámparas del saber de la raza humana.


Elena Tomillo A. 

Poemario: Me conocés un poco, 2018.






jueves, 8 de agosto de 2024

Con sed y sin llanto (poema de amor)

 

Foto propia. Obsequio desde Holanda

Con sed y sin llanto 

Cuando no estás venís
en todas las formas inaudibles...
cuando te has ido,
primero viene la sustancia de tu voz
... limpia sustancia intransigente, limpia de toda palabra
viene tu voz como una escala cromática de besos;
audible solo en este tiempo
de no tenerte. 

Cuando no puedo alcanzarte,
mis piernas te sienten intensamente, 
te paseas por ellas como se siente la sal del mar... 
que dejan las olas idas, las que al llegar te emocionan
y al irse te empapan, sí,
como hace el dolor con el llanto,
la emoción se sufre en seco,
y te deja mojado cuando ya estás tranquilo. 

Cuando no puedo besarte,
te pienso, me entreno en distraerme del trabajo pesado
de saberte ausente. 
Ahí estás en una sonrisa muda que recuerdo, 
Ahí se me queda un silencio tejido entre las sienes,
entre vacíos y secretos míos. 

Ahí me tienes oyendo canciones de amor y puliendo rimas inocuas
y maldiciendo lo que es esperarte
cuando bajo la escalera del edificio y no estás,
cuando veo a la paloma en la estatua del Presidente,
o cuando bebo café con Francisco en el bulevar histórico. 


Ahí se me queda el tiempo y la vida y vos ausente. 
Entonces se me apagan los versos, 
Me distrae la golondrina que imagino sin conocer,
el frío de la Dinamarca que no he visitado
y los besos, besos, besos ...
perdidos en estos días que se nos fueron así:
estando de lejos.


Poemario
Poemas Cotidianos, 2019
Elena Tomillo A.

miércoles, 7 de agosto de 2024

Palabras a un pilar jónico (poema para Pilar)

Palabras para un pilar jónico

Foto Adobe Stock. Greek Ionic Order de Takumal

    Palabras a un pilar jónico 


        No queda nada, pero son imborrables; 

               los pilares jónicos, ya no sostienen al poder:

quedan apenas primorosas bases reventadas, 

          de un segundo comienzo, 

                de ajenos esfuerzos humanos. 


       Un pilar jónico como fuera la juventud, 

que en su rigidez se destroza, 

y con pedazos sobrevivientes 

hasta la madurez, 

aprende a ser bambú. 


¿y si te quito el apellido "jónico"?, pilar,

quizá nadie adivivaría que habitaste el Asia Menor, 

o que sostuviste el templo de Atenas en Niké, 

así sin apellido, no te salvan los repositorios, 

ni los blogs, ni las bibliotecas. 


Y pilar, si te dejo así, sin apellido, 

¿serías menos el eco del tiempo? 

o jugarías a ser en la voz de unos

un pilar de la diosa Hathor en Egipto, 

o en la voz de otros,

por un segundo,

un pilar sacro en un templo gótico, 

o sin apellido, alguien oiría "pilar"

y se acordaría del viejo pilar de madera

en una escuela pública del Caribe,

con maestros que aun sean valientes,

o quizá eligieras ser mujer,

una que se llama Pilar y escribe

sobre los pilares en la arquitectura musulmana,

mientras su niño duerme. 


No temas pilar,

que tu grandeza nunca será olvidada ya.


Poemario

Poemas Cotidianos, 2019

Elena Tomillo A.

martes, 6 de agosto de 2024

Amor de tarde (un poema de amor)

 

Foto propia. Tarde en Parque Metropolitano La Sabana

Amor de tarde


Llego a amarte como si fueras 
la tarde, 
puede parecer una tarde cualquiera, 
sorprende siempre
mirar la tarde 
frente al cielo que no beso.

Así te amo:
como se aman las tardes.

Las tardes se aman
cuando están muriendo...


Jamás se va a la tarde
que está muriendo 
con reclamos...

Jamás decimos:
¡Sol da más luz, ahora da menos! 

Tampoco se dice frente a la tarde que está muriendo:
¡Azul, conviértete en celeste!
¡Celeste estás mal por qué lo tuyo es ser turquesa!

Nadie reclama a la tarde,
callados, a veces, con penas 
nos gozamos solos de verla.

Te amo de frente como se ama al mar por la tarde;
sin medidas, ni abrazos que te enreden con el cuerpo mío.

Te amo como ir al mar 
al morir la tarde, 
se guardan las distancias 
para poder ver resplandecer la calma,
mientras veo amo,
mientras amo: veo
y del tiempo cuentas 
yo nunca llevo cuando miro morir la tarde.

Te amo 
con estas tres letras juntas 
en mi español sin remiendos,
te amo de lejos y de cerca; también en el impás:
cuando  te me vas yendo.

No sé amarte ya de otra manera,
que como sé amar la tarde
la tarde  cuando está muriendo.

Guardo silencios por mientras 
mi amor transcurre 
entre los agujeros del tiempo,
mientras la tarde azarosa escoge de los colores su atuendo, 
para irse a la debacle 
de olvidar el día ingenuo
hasta disfrazarse 
de noche y desvelo.

Solo puedo amarte,
como amo la tarde 
que se está muriendo,
para nacer en otra nueva 
para que la ame yo también,
pero luego,
pero con otras nubes, 
y bajo otros cielos.

Poemario

Poemas Cotidianos, 2019

Elena Tomillo A

lunes, 5 de agosto de 2024

Hay gente desarraigada del mundo

Arte Cubano, Manuel Mendive Hoyo. Barco negrero, 1976
Foto propia


Hay gente desarraigado del mundo


La gente sin mundo tiene fe, pero no Dios; 

tiene amor, pero no alcanza un amante, 

tiene sed, pero no buscan agua, 

porque nadan en la sed. 


La gente sin mundo ha caído así, 

en un mundo rapaz y ajeno, 

un mundo que no quieren tener así, 

como él es.


La gente sin mundo, 

no puede ser de ninguna parte, 

no sabrá ser de alguien, 

ni de nadie. 


La gente sin mundo 

no llega a poeta, 

porque está ocupada siendo letra 

para el mundo que malquiere.

 

La gente sin mundo, tiene este mundo a disposición 

con todo y el dolor, y la rabia, 

la sal de mar y la saliva.

 


La gente sin mundo tiene días tristes, 

a veces se confunden, 

a veces creen que este mundo está hecho de su sustancia, 

pero no. 


No son de este mundo, 

por eso quieren cambiarlo todo. 

Desordenarlo todo dirán unos, 

reorganizarlo dirán otros, 

pero todo es mentira:

la gente sin mundo quiere 

tirarlo a la basura, 

para volverlo nuevo.

 

La gente sin mundo puede 

alimentarse del aire, 

de la tarde que muere, 

de la risa y del murmullo.


La gente sin mundo 

lleva el goce por dentro, 

y por fuera el deber, 

el deber de seguir solos 

cambiando el mundo, 

con planes de estrellas estelares:

 para un lienzo hecho de tierra 

que siempre, siempre se queda corto.

 

La gente sin mundo es

la esperanza de los in-creativos, 

de los ciegos del amor, 

de aquellos mundanos 

dedicados a la bendición del trabajo repetitivo.


Somos los sin mundo, 

vacíos de los mapas

y con todos los caminos 

que van juntos por dentro, 

solos todo el tiempo, 

trabajadores anónimos para sobrevivir

al cuerpo del tumulto, 

al hambre y al frío de lo incierto.  


Poemario

Poemas Cotidianos, 2019

Elena Tomillo A.












 

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