Hay encuentros que aunque acerquen los cuerpos, siempre se sienten lejanos.
Pieles lejanas
Compañera de este viaje ven, pero
¡no me abraces con todo el cuerpo!
cuando tu piel huela aun
a despedidas incesantes.
Compañera de este viaje ven, pero
¡no me mires con esos ojos negros!
como si fueras a quedarte,
¡no susurres planes!
como si fuera a durar para siempre esta tarde.
¡No me mientas viéndome así
con tus ojos negros!
como si no fuera tu estrategia
acallar los infortunios de tu vida
huyendo de viaje, en viaje.
¡No actúes como si tuvieras besos guardados
para infinitas mañanas conmigo !
Ven a acompañarme ahora, pero
no te saques la ropa así:
delante mío, aun no lo hagas,
veamos un poco más esta tierra extraña,
llena de arena, sol y jeroglíficos danzantes
a la que no hemos de volver jamás,
porque vamos a ser vos y yo como el tiempo
que nunca forja dos veces
el mismo instante.
Compañera de este viaje ven, pero
¡no juegues conmigo!
a estimar eternos nuestros besos,
apenas, veloces fugitivos
de tus lamentos y mis sueños.
¡Ven, compañera de este viaje, ven!
que son cortos los instantes:
entre tu antes y el durante mío;
ven sin dar fechar a ningún retorno cierto,
en el jadeo hambriento,
de una historia flaca de fingir
que hay destinos que guardan reencuentros.
Este poema reeditado en 2024, aparece bajo el título Pieles lejanas en el poemario indicado abajo.
Poemario
Los pasatiempos cotidianos, 2019
Elena Tomillo A.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario