lunes, 5 de agosto de 2024

Hay gente desarraigada del mundo

Arte Cubano, Manuel Mendive Hoyo. Barco negrero, 1976
Foto propia


Hay gente desarraigado del mundo


La gente sin mundo tiene fe, pero no Dios; 

tiene amor, pero no alcanza un amante, 

tiene sed, pero no buscan agua, 

porque nadan en la sed. 


La gente sin mundo ha caído así, 

en un mundo rapaz y ajeno, 

un mundo que no quieren tener así, 

como él es.


La gente sin mundo, 

no puede ser de ninguna parte, 

no sabrá ser de alguien, 

ni de nadie. 


La gente sin mundo 

no llega a poeta, 

porque está ocupada siendo letra 

para el mundo que malquiere.

 

La gente sin mundo, tiene este mundo a disposición 

con todo y el dolor, y la rabia, 

la sal de mar y la saliva.

 


La gente sin mundo tiene días tristes, 

a veces se confunden, 

a veces creen que este mundo está hecho de su sustancia, 

pero no. 


No son de este mundo, 

por eso quieren cambiarlo todo. 

Desordenarlo todo dirán unos, 

reorganizarlo dirán otros, 

pero todo es mentira:

la gente sin mundo quiere 

tirarlo a la basura, 

para volverlo nuevo.

 

La gente sin mundo puede 

alimentarse del aire, 

de la tarde que muere, 

de la risa y del murmullo.


La gente sin mundo 

lleva el goce por dentro, 

y por fuera el deber, 

el deber de seguir solos 

cambiando el mundo, 

con planes de estrellas estelares:

 para un lienzo hecho de tierra 

que siempre, siempre se queda corto.

 

La gente sin mundo es

la esperanza de los in-creativos, 

de los ciegos del amor, 

de aquellos mundanos 

dedicados a la bendición del trabajo repetitivo.


Somos los sin mundo, 

vacíos de los mapas

y con todos los caminos 

que van juntos por dentro, 

solos todo el tiempo, 

trabajadores anónimos para sobrevivir

al cuerpo del tumulto, 

al hambre y al frío de lo incierto.  


Poemario

Poemas Cotidianos, 2019

Elena Tomillo A.












 

domingo, 4 de agosto de 2024

No es verdad y es cierto ... (una declaración de amor)

Changó (Xangô en português) es el orishá (dios ioruba) de los rayos, truenos, grandes cargas eléctricas y del fuego. Es viril y atrevido, violento y es también el orishá de la justicia; castiga a los mentirosos, a los ladrones y los malhechores. Fue en su tiempo un rey, guerrero y brujo, quien por equivocación destruyó su casa y a su esposa e hijos y luego se convirtió en Orisha.

Xangô. Adobe StockImages. Foto de Helder

No es verdad y es cierto

I

No es verdad que hago un duelo:
solo es cierto, que mi estrategia desvaría,
en noches de luna llena.
No es verdad que te dejé,
me dejaste, o nos dejamos:
solo es cierto, que antes de conocerte 
te amaba,
y ahora en la ruta del después 
nada cambiará sobre eso.


II
Puede no ser verdad que 
no me quieras,
pero es cierto: tu corazón es tuyo, 
tus pasiones tuyas,
tus heridas tuyas, es cierto,
puedes quererme fuera, 
como quien no quiere al invierno,
pero el invierno 
sabe volver por las aceras 

siempre, siempre… llega de nuevo:

como uno de los Sísifos del tiempo.


III
Qué soy terrible: a veces es cierto;
que no sé perder, 
y a veces no me interesa aprenderlo,
que no te molestaré,
que me iré lejos, 
que no me verás 
es tan cierto como que estarás indefinidamente presente:
en mis viajes,
en mis versos,
en mi cuerpo y mis silencios.


IV
Es verdad que te amo, 
que te amé 

y que te amaré de nuevo,  

y quizá también cuando vuelva el invierno.
Es verdad que soy torpe en la alfarería amorosa,
que rompo las vasijas: y luego lloro por 
 sobre los trozos,
porque es verdad: mi orixá es de fuego, 
es verdad: 
mi señor es Xangó.

Poemario

Poemas Cotidianos, 2019

Elena Tomillo A.

sábado, 3 de agosto de 2024

Hojarasca con “h” de hija. (Palabras de una hija a una madre)

Amorosas palabras de una hija el día que nace, 

para su joven madre.

Foto propia. Libreta y padmouse: un obsequio de Panamá 


Hojarasca con “h” de hija

para Maristela y Sofi
                  para Eliza

De aquí en adelante:

seremos una hojarasca vos y yo
yo en tu vida y vos en la mía:
¡sorpresivamente juntas!

De aquí en adelante: 
estaremos sorpresivamente juntas;
con más preguntas, que respuestas.

Vine a tu cuerpo,
como vos al mío: de repente,
sin tiempo para conocernos,
pero mi nombre era tuyo, antes de verte.

Daremos luchas en la misma trinchera, 
algunos días, y aprenderemos a ser 

amorosamente contrarias, 

durante otros;  

en la carrera del Vos y el Yo; 
aprenderemos irremediablemente 
a hacer amplios, los campos del Nosotras.

No podrás irte de mí: porque me habitas; 
tus luchas de juventud las ganadas y las en camino;
son la ruta que me guardaste…

 
No podré irme de ti, porque te habité por largos días; 
mis medallas se prenden de la tela que hiciste para mí, 
sin que yo lo supiera;
pero nunca me recordarás, tus trabajos al tejerla, 
porque a veces de los costos, 
a cambio de las alegrías: ni te acuerdas.

No podré irme de tus manos,
oiré tus mismas palabras 
salir de mi boca un día...
me sorprenderé de sabernos así: ¡tan juntas!

Cada una tan de cada una,
pero el Nosotras:
un patio secreto para jugar descalzas.

El tiempo habrá de separarnos:
¿Serán las trincheras mías,
mientras aprendes a entender?
¿Serán las trincheras tuyas, cuando yo 
no quiera acompañarte?
¿Será cada una con luchas por aparte?

Nos separaremos muchas veces...
entre nosotras habrá 
hombres, como habrá mujeres,
correrá agua salada con
irá indómita bajo el puente de los días
con ojos de relojes abiertos, 
hasta que el final absoluto llegue:


Mi último adiós caerá suspirando, sobre tus manos ya idas.

Mis preguntas caminarán sin respuesta, por tus manos quietas.


Ese día me quedará tu nombre y el mío, 

un día con una única respuesta. No te preocupes:

Lo sabré entender mamá, lo sé:

nunca nos separaremos

porque Nuestra hojarasca: es eterna.


Poemario

Poemas Cotidianos, 2019


viernes, 2 de agosto de 2024

Tumbas vacías, tumbas mías

 

A veces la muerte viene de visita...

se vale sentirla,

con susto, pero sin miedo.


Tumbas vacías 


Ayer tu tumba salió a mi encuentro de repente:

iba yo por la avenida, caminaba como cualquier día 

y me saltó ahí en el último garaje donde te subiste al sedán negro,

y de repente recordé el viaje que nunca hicimos,

y tu lápida con tu nombre asomó

 tras el boleto aéreo que no compramos nunca

para el viaje que estaba en la lista de los pendientes... 


Mientras caminaba a casa ayer,

miré tu tumba sin querer de nuevo

cuando después del trabajo, para calmarme

fui por un té 

al café donde lloraste conmigo, 

a donde celebraste conmigo tantas veces

a donde no podremos jamás, 

qué pobres y mendigos somos

los mortales delante de lo infinito.


Salí de la cafetería, y caminé más rapido

y pasé incauta la mirada 

por el último bulevar, por la acera, 

en donde nunca jamás 

volverá a existir tu paso, tu peso, o tu aroma

caminando al lado mío, ni de nadie...

ni la sustancia cristalizada en tu mirada 

barriendo mi figura ingenua,

cuando se me salía la sonrisa,

de ver que llegabas.


¡Ayer tus tumbas salieron por todas partes,

a mirarme! 

mientras por mi piel iban escalofriantes y ardorosos quejidos que armaban procesiones

de tristeza por aquel camino hacia mi casa,

eran los recuerdos tuyos,

caminando a trechos sobre mí,

y a trechos al lado mío.

 

Sentía bien puesta la quijada mientras caminaba,

 y muy firmes mis pies, pero vos: 

cada día más desperdigada por lo etéreo, 

en un recuerdo cada vez más descarnado, 

como si fueras abrazar el final de un suspiso.

 

Cuando llegué a casa, finalmente abrí la puerta, y entré, y estaba la ducha, 

la bata de descansar, la lectura pospuesta. 


Entré a casa y estaba la música apagada esperándome, estaban mis ojos secos,

la procesión de memorias se extinguióde golpe, 

debía preparar el trabajo de mañana, 

y una fila de lugares futuros...

a donde tus tumbas no saben llegar.

 

Bebí un té nuevo, respiré un aire nuevo, 

descansé mi cuerpo cansado, en el sillón

Suspiré y viví ese, ese mi tiempo a solas...

mientras pensaba que ya otros verán mis tumbas, 

que y yo me iré sin saber cuándo habrá sido

el día de mi propio entierro.


Segunda Edición, 18 de octubre de 2024, edité por segunda vez el texto. Se muestra el texto editado, para la segunda edición del poemario.


                        Poemario

                        Pasatiempo cotidianos, 2019

Elena Tomillo A.


Desnudas

  Graffiti de escritora de Yolanda Oreamuno. Escritora de primera mediados del siglo XX en Costa Rica Desnudas Quiero que te desnudes y tiem...

Entradas más leídas