Graffiti de escritora de Yolanda Oreamuno. Escritora de primera mediados del siglo XX en Costa Rica
Desnudas
Quiero que te desnudes
y tiemblas,
sin saber el por qué...
Tiemblas porque quiero,
aquí en plena calle,
Tiemblas porque quiero,
aquí en plena calle,
que te desnudes
de toda tu culpa ¡y que te quedes
de toda tu culpa ¡y que te quedes
en tu pura piel!
Tiemblas porque tu cuerpo refulgente,
vibrante, fuerte, hermoso no es lo que miro,
cuando te saco de la mirada
por un verso, o
con una palabra ajena,
Tiemblas porque tu cuerpo refulgente,
vibrante, fuerte, hermoso no es lo que miro,
cuando te saco de la mirada
por un verso, o
con una palabra ajena,
tiemblas por toda la hiel vieja
que te han dado a beber.
No sabes a dónde lleva mi deseo
de que te quedes desnuda;
te quiero desnuda como lo estoy yo,
yo... que ya me has quitado vos
todas mis envestiduras:
la santa y la apostata.
Quiero que te desnudes,
por desición propia, y por convencimiento
de que conmigo la ropa sobra,
yo... que ya me has quitado vos
todas mis envestiduras:
la santa y la apostata.
Quiero que te desnudes,
por desición propia, y por convencimiento
de que conmigo la ropa sobra,
y el ruido incesante del mundo,
y el miedo...
y porque decides hacerle caso
y porque decides hacerle caso
a esa tu respiración cortada
que te avisa que la piel no te saldrá herida
aquí desnuda conmigo.
Ven desnuda, por el contento de saber
Ven desnuda, por el contento de saber
que a mi me arrebataste las ropas hace tiempo,
ven llenita de tu piel tibia,
cuando gustes, pero ojalá sea pronto,
que a mí, no me diste opciones,
y vos lo sabes bien...
sabes que si no vienes...
vendrá el invierno y
nos alcanzará mañana, y
ven llenita de tu piel tibia,
cuando gustes, pero ojalá sea pronto,
que a mí, no me diste opciones,
y vos lo sabes bien...
sabes que si no vienes...
vendrá el invierno y
nos alcanzará mañana, y
mi alma sacará su ataúd invernal
¡Por favor, apúrate, desnuda, ven!




